di Thomas Loiodice
Presidente Unapol
El grito de alarma que lanza el artículo de noticias de oliva sobre la reducción de las superficies olivareras en Italia estará destinado a ser perennemente vigente si no se aborda un nuevo sistema cultural. Es necesario dignificar el trabajo de los olivareros, devolviéndoles el ingreso justo por el trabajo realizado, bajo las inclemencias del tiempo de cualquier tipo, no solo para llevar el producto del olivo a la cosecha, sino también para proteger y salvaguardar el territorio. Este último es uno de los roles tácitos que toda la comunidad debería reconocer a los olivareros y que debería asumir especialmente para el sistema "país italiano". Seguramente necesitamos un verdadero plan nacional del aceite de oliva que apunte también a la regeneración del patrimonio olivarero en clave actual, pero no podemos hacer del sistema de tipo industrial establecido por otras naciones (superintensivo) un modelo ideal, que además descuentan un bajísimo coste social del trabajo. Se necesita un compromiso justo. Por cómo está configurada nuestra nación y por el tamaño micro de nuestras fincas olivareras, es necesario impulsar nuevas herramientas unificadoras de gestión que conduzcan a una racionalización de costes y uso de materias primas y energía. Es fundamental fomentar y apoyar el cultivo del olivo en las zonas del interior, convirtiéndolo en un verdadero testimonio del "hermoso país". El verdadero reto sigue siendo el de mejora de la biodiversidad del olivo italiano que habla de aceites de oliva virgen extra de calidad con valores nutracéuticos muy altos para poder identificarlos como "drogas naturales" (el uso del plural no es casual). Otro punto fuerte a comunicar es el concepto de sostenibilidad inherente a la producción del evo. Para ello, sin embargo, es necesario que todos los actores de la cadena de suministro están implicados, y cuando hablo de cadena de suministro también hablo de la gran distribución que debe dignificar el producto virgen extra evitando que siga considerándolo una mercancía. Si conseguimos hacer esto, probablemente registraremos una mayor atención de las nuevas generaciones a este sector con una historia milenaria y revertiremos la tendencia decreciente del olivar.
