Aquí están las 24 variedades de las que se extrae el 58% del aceite italiano

Barbara Alfei: "Pero tenemos que cambiar... Te diré por qué"
Técnica e Investigación
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“En lugar de la variedad más productiva, deberíamos comenzar a favorecer la que tiene la mejor compatibilidad ambiental, porque el cambio climático nos obliga a cambiar el paradigma de la olivicultura italiana”.

Con motivo del Día Mundial de la Biodiversidad, Barbara Alfei (en la imagen), líder del panel Assam Marche pero sobre todo "madrina" de Revista Nacional de Aceites Monovarietales –es decir, la cita por excelencia que potencia la biodiversidad olivarera– advierte de los riesgos a los que nos enfrentamos.

“La dignidad plena de la biodiversidad -explica- está dada por la valorización de las variedades seleccionadas a lo largo de los siglos, aunque sea de forma empírica, en función del clima, el suelo y la capacidad de hacer frente a las adversidades parasitarias. Pero tenga cuidado, mirar solo la productividad ha tenido sentido hasta ahora. Ahora, en tiempos de cambio climático como los que estamos viviendo, tenemos que dar un paso adelante y empezar a favorecer aquellas variedades autóctonas que dan más garantías en cuanto a compatibilidad medioambiental”.

Lo que son ciertamente no es posible identificar en el papel. Ciertamente hoy, sobre las más de 550 variedades catalogadas, pequeño menos de 200 podrían ser los que forman parte íntegramente de la producción italiana, también por lo que se deduce de las 19 ediciones de la citada Rassegna dei monovarietals. Un número significativo, que demuestra la extraordinaria biodiversidad del patrimonio olivarero nacional, especialmente si se compara con el de otros países. Solo piensa que para llegar a la 58% variedad más extendida y producida en Italia, debe contemplarse ben 24, según un estudio elaborado en su momento por Giorgio Pannelli, entre las figuras más autorizadas en el mundo del petróleo, a saber Coratina (por sí solo 8%), Ogliarola Salentina y Cellina di Nardò (antes Xylella junto con Coratina representaban el 19% de la producción nacional), Carolea, Frantoio y Leccino (con estos otros tres llegamos al 33%), entonces Ogliarola Barese, Moraiolo, Bosana y Cima di Mola (el techo sube así al 44%) y finalmente Dolce di Rossano, Ogliarola Messina, Ottobratica, Nocellara del Belice, Moresca, Carboncella, Itrana, Caninese, Sinopolese, Nocellara Etnea, Grossa di Gerace , Tondina, Taggiasca y Rotondella.

In España más allá de 50% está dada por tres variedades, en Grecia y Portugal sólo con tres variedades es el 90% de la producción nacional, incluso en Marruecos casi todo está dado por una variedad. Y aunque en estos países, como en los demás donde la olivicultura tiene un peso importante, ahora se empiezan a valorar otras variedades, nunca llegarán a las presentes en Italia. Es por esto que la biodiversidad representa un valor agregado para nuestro país. Y por eso el Día Mundial merece ser celebrado en todo su significado profundo.

 

Tags: Alfeo, en evidencia

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